Donostia ya ha regulado sus clubes cannábicos

Cada vez estamos más cerca, cada vez queda menos; pasito a pasito nos acercamos a la normalización. Nos acercamos al principio del fin de una era de incertidumbre y confusión. Donostia marca un antes y un después para los colectivos sociales cannábicos poniendo en marcha una lista de normas y obligaciones para el correcto funcionamiento de los clubs, hasta ahora envueltos en un vacío legal. Hay que felicitar a los responsables del ayuntamiento y los clubs cannábicos que se pusieron de acuerdo para redactar una ordenanza que ya se está tomando de referencia para otras ciudades.


La ordenanza entra en vigor el 5 de Diciembre y entre distintas cuestiones hace cumplir las siguientes normas:

- Establece un horario de actividad de 8.00 de la mañana a 22.00 horas de la noche

- Prohíbe la apertura de clubes cerca de colegios y hospitales

- Fija una distancia mínima de 500 metros entre locales 

- Prohíbe la entrada a menores de 18 años

- Se controlarán el funcionamiento de los clubes para evitar malas práxis

- Prohíbe cualquier actividad de promoción del club

La ordenanza contiene también sanciones de hasta 1.500 euros para las infracciones graves, como permitir la entrada a menores o proporcionar marihuana a no socios. El concejal de Servicios Sociales, Jon Albizu, explica que la normativa busca limitar los riesgos asociados a las dependencias y garantizar los derechos de todas las personas, consumidoras o no. Garantiza que los locales no ocasionarán molestias al vecindario.


Iker Aval, Portavoz de Eusfac, comenta que «ha habido muy buena sintonía entre el ayuntamiento, la sociedad civil y las asociaciones cannábicas» y cree que la creación de esta ordenanza ofrece un reconocimiento a los clubes cannábicos y a los derechos de los consumidores.


Por otro lado, el ayuntamiento y los clubes elaborarán un manual de buenas prácticas, como la «autoorganización y diseño de los cultivos o el protocolo del transporte del cannabis». Es evidente, lo que no se atreven a debatir en el parlamento nacional, se debate a una escala menor en los ayuntamientos, donde la realidad de los clubs cannábicos es palpable.


La regulación comienza con un período de transición de seis meses que servirá para evaluar su desarrollo y estudiar posibles mejoras. Y, aunque seguro que se puede y se debe mejorar, la regulación euskera ya es referencia para otras ciudades del país, y lo más importante, ha demostrado que se pueden regular los clubes de cannabis. Sabemos que aún queda mucho por hacer, pero la mecha ya arde y Donostia la ha encendido. 

Fuentes: diariovasco.com y fac.cc

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